Juan García

Juan García

Natural de Jaén, pero afincado en Alcalá del Río, Juan García llegó a Sevitrade en 1991 como el curso del Guadalquivir a Sevilla, es decir, descendiendo desde su nacimiento. Dentro de la empresa ha desempeñado los puestos de palista y maquinista en las instalaciones de La Isla, pero reconoce que puede hacer de todo.

Le quedan apenas tres años para jubilarse, pues comenzó su carrera laboral con tan solo 16 años. Recuerda que entró en Sevitrade como un simple albañil construyendo los primeros almacenes de la Terminal Portuaria Esclusa, y que luego tuvo la suerte de ser contratado en la empresa recién creada (1990). Como otros «históricos» de Sevitrade, empezó a trabajar en unas modestas instalaciones en las cuales apenas había naves y maquinaria, pero que en los últimos treinta años ha experimentado un cambio de gran magnitud.

Asegura que en su lugar de trabajo ha conseguido buenos/as compañeros/as y estabilidad. Le ha dedicado tantas horas a la empresa, especialmente durante las campañas de envasado de fertilizantes, que hasta el nacimiento de dos de sus hijas coincidió mientras él estaba trabajando. Reconoce que, a pesar de su experiencia, cada día aprende algo nuevo que le sorprende.

Juan es un fiel reflejo de cómo la empresa se ha ido adaptando a las nuevas técnicas de trabajo portuario, pues ha pasado de cargar a mano con la espalda sacos de 50 kg, a manejar palas cargadoras de más de 300 CV. Paradojas de su antigüedad y experiencia en Sevitrade, hay maquinaria de los noventa que él sabe manejar y que los más jóvenes no.

La vida de Juan es, simple y llanamente, una vida dedicada a Sevitrade, en la cual ha demostrado tesón y esfuerzo diario.

 



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