Alberto Zambrano

Alberto Zambrano

Natural de Sevilla, desembarcó en Sevitrade en 1994, después de haber pasado por dos anteriores empresas consignatarias más pequeñas, pero que le permitieron ir forjándose en esta actividad gremial tan específica como es la de agente representante de un buque dentro del puerto. Alberto es dentro de la oficina administrativa en Sevitrade, el empleado más antiguo de la plantilla.

Reconoce que para aprender el oficio tuvo que ser autodidacta, pues no existe ninguna academia que enseñe la función de consignatario, posición muy importante para el transporte marítimo. Según nos comenta el entrevistado, a lo largo de sus 26 años en Sevitrade por sus gestiones de entrada y salida del puerto han pasado más de 5.000 barcos.

En estas casi tres décadas ha visto la transformación de la empresa, que sin perder de vista sus orígenes familiares, ahora se ha posicionado como uno de los terminalistas más importantes del sur peninsular. Como trabajador y como persona, le llena de orgullo que el crecimiento de este negocio en Sevitrade haya sido constante. Cuando él empezó se consignaban una media de 100-120 barcos al año, siendo hoy en día de casi 250 previstos para este año 2020.

De entre sus recuerdos más curiosos, recuerda multitud de anécdotas con las tripulaciones extranjeras que vienen en los buques. Desde un barco detenido por Capitanía Marítima al aparecer en una inspección un ancla de madera, ya que perdieron en el mar la reglamentaria, polizones a bordo que son interceptados y repatriados, y alguna que otra festividad navideña o de fin de año, en un barco con papeles de última hora y brindis incluido.

En líneas generales, Alberto reconoce sentirse satisfecho de haber crecido en lo personal y profesional al mismo tiempo que lo hacía Sevitrade, la que siente como su propia casa.



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