Como otras grandes urbes, Sevilla debe su origen a su magnífica posición junto a un gran río, el Guadalquivir, constituyendo un cruce de vías naturales de comunicación: las que enlazan el interior de Andalucía con las llanuras costeras y con las rutas del mar. Recibe las aguas del Genil, el Corbones y el Guadaira, por las izquierda, y las de las riberas de Huéznar, Viar, Huelva con la Cala y el Guadiamar por la derecha.
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